¿Es Hambre o Ansiedad? Le Contamos cómo Identificarlo
Los trastornos mentales, como la ansiedad, están creciendo a un ritmo alarmante. Aproximadamente, el 7,3 % de la población mundial se ve afectada por esta patología y debido a esta situación, existe un aumento del riesgo de enfermedades crónicas, tales como enfermedades cardiovasculares o diabetes mellitus tipo II.
Revisiones bibliográficas señalan que tres cuartos de las personas con exceso de peso son comedores emocionales, por lo que es importante entender y conocer las señales de hambre y lograr identificar si estamos comiendo por “hambre física” o “hambre emocional”, ya que esta emoción afecta la respuesta alimentaria a lo largo de todo el proceso de ingestión: la motivación del comer, las respuestas afectivas a los alimentos, la elección, la masticación o velocidad con que se ingieren.
¿Cuales son las diferencias entre el Hambre Física y el Hambre Emocional?
Algunas diferencias que pueden ayudar a identificar estos tipos de hambre son las siguientes:
- El apetito o hambre fisiológica surge de forma gradual; con la ansiedad, la necesidad por comer es repentina y urgente.
- El apetito es una señal que indica la necesidad de comer cualquier alimento (no específico), mientras que la ansiedad nos ofrece mentalmente comidas específicas y puntuales.
- El hambre se siente a nivel físico como por ejemplo en la parte superior del estómago, hay dolores de cabeza sutiles, existe una sensación de debilidad general, pero cuando comemos emocionalmente o tenemos “hambre emocional” no se presentan estas condiciones fisiológicas ni físicas.
- Cuando comemos por ansiedad suele haber impulsividad; cuando no, las elecciones tienen un mayor nivel de razón.
- Cuando comemos por apetito, nos detenemos al sentirnos satisfechos; si se come por la ansiedad, esto no ocurre.
¿Cómo identificar si es Hambre Real o Emocional?
A la hora de comer, o tomar decisiones con respecto a la comida, también se pueden hacer las siguientes preguntas:
- ¿Cuánto tiempo ha pasado desde la última comida?
Si es un periodo de más de 4 horas, posiblemente sea hambre real o física. - ¿Qué tipo de alimentos quiero comer?
Si el antojo es específico, probablemente sea emocional. - ¿Puedo esperar para comer, o necesito hacerlo ya?
Si hay urgencia extrema, es más posible que sea ansiedad. - ¿Cómo me siento emocionalmente?
Si hay estrés, tristeza, aburrimiento, enojo, puede ser hambre emocional.
Estrategias para manejar el Hambre Emocional
Implementar estrategias a la hora de comer, también resultan ser positivas. Tomar una pausa y reflexionar antes de comer, identificar el desencadenante, buscar alternativas que no sea la comida (salir a caminar, escuchar música, meditar), comer de manera más consciente y balancear la alimentación, ya que, en muchos casos, la deficiencia de vitaminas y minerales tiene un factor importante en nuestras emociones y decisiones.
Aprender a diferenciar el hambre real con el hambre emocional es calve para mantener una relación saludable con la comida. La próxima vez que sientas la necesidad de comer, haz una pausa y pregúntate: “¿Es mi cuerpo el que necesita alimento o es mi mente buscando consuelo?” Escuchar a tu cuerpo, identificar tus emociones y encontrar formas saludables de manejarlas te ayudará a mejorar tu bienestar sin culpa ni restricciones.
¡Recuerda que el equilibrio es la clave!
Dra. Alejandra Alfaro, Nutricionista
CPN 1441-13
Centro de Nutrición Clínica
Teléfono: 4001-7666
Referencias Bibliográficas
Palomino-Pérez, Ana María. (2020). Rol de la emoción en la conducta alimentaria. Revista chilena de nutrición, 47(2), 286-291. https://dx.doi.org/10.4067/S0717-75182020000200286
González-Herrera, María, García-García, Mónica, Díez-Arroyo, Cristina, & Hernández-Ruiz, Ángela. (2023). Patrones y factores dietéticos y su asociación con la ansiedad en población adulta: propuesta de recomendaciones basada en una revisión de alcance de revisiones sistemáticas y metaanálisis. Nutrición Hospitalaria, 40(6), 1270-1289. Epub 04 de marzo de 2024. https://dx.doi.org/10.20960/nh.04771
Etiquetas: alimentación consciente, ansiedad, emociones, hambre, salud mental, salud y bienestar