Mindful Eating ó Comer Atentamente
Primero debemos saber o diferenciar el tipo de hambre que sentimos y por qué vamos a comer, tal vez ya hemos escuchado mencionar los tipos de hambre que existen, una va guiada por las necesidades fisiológicas que todo ser vivo experimenta y por la cual el cuerpo satisface sus necesidades básicas de nutrientes, y la otra puede ser desencadenada por emociones que experimenta nuestro cuerpo día a día; es muy fácil identificarlas y diferenciarlas una de la otra.
El hambre fisiológica nos permite disfrutar lo que tenemos preparado para comer a diario, saber la cantidad que necesita nuestro cuerpo, disfrutar los sabores presentes en el plato, descubrir texturas, ser conscientes de lo que vamos a comer en ese momento y por qué vamos a comerlo, quedar satisfechos una vez acabados de comer; difícilmente con el ajetreo que experimentamos a diario, tenemos el tiempo de preparar, servir, masticar, disfrutar y satisfacer a nuestro organismo con los alimentos.
El estrés que vivimos a diario, nos obliga a apurar todo a nuestro alrededor, nuestras emociones interfieren al máximo en las decisiones que tomamos diariamente y eso altera la selección, preparación, distribución y digestión de los alimentos que consumimos durante el día, a veces comemos por comer o simplemente para satisfacer lo que sentimos en ese momento, ni siquiera sabemos si nuestro cuerpo lo necesita o lo necesitamos nosotros para sentirnos bien; a este fenómeno es lo que llamamos hambre emocional.
El mindful eating lo que nos viene a enseñar es como disfrutar de los alimentos, de manera que tengamos más conciencia del porqué estamos comiendo, para qué estamos comiendo y cómo estamos comiendo. Podemos resumir esto es una frase bastante sencilla y que explica cómo debería ser nuestra relación con los alimentos: Comer para vivir y no vivir para comer.
La guía nutricional es muy importante en la vida de todas las personas, ya que la vida es como una montaña rusa, a veces estamos muy quietos a veces las vueltas que damos son extremas y debemos aprender a manejar las situaciones que se nos presenten, saber cómo y cuándo debo comerme eso que quiero o necesito para estar físicamente y emocionalmente bien, analizar las consecuencias que tendré o no al decidir sobre lo que como o no, disfrutar de lo que me estoy comiendo en el momento en el que lo hago, no sentirme mal por querer comerme algo en particular.
Recordemos que la buena alimentación tiene una clave para convertirse en un estilo de vida, no privarse de nada pero sí ser conscientes de las cosas que hacemos y siempre poner una balanza, esto va a permitirnos estar bien, vivir bien, comer bien y disfrutar plenamente de todos los alimentos.
Siga estos pasos para practicar minful eating o alimentación consciente:
- Coma más despacio.
- Masticar bien.
- Elimine las distracciones apagando el televisor y bajando el teléfono.
- Come en silencio.
- Concéntrate en cómo te hace sentir la comida.
- Deja de comer cuando estés lleno.
- Pregúntese por qué está comiendo, si realmente tiene hambre y si la comida que eligió es saludable.
- Elija una comida al día para practicar estos puntos.
Seguir una alimentación consciente también ayuda a controlar la ansiedad y es una técnica que utilizamos para ayudarle a nuestros pacientes a perder peso.
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