Dieta Saludable Para Reducir su Huella de Carbono
Revolucionar su estilo de vida y su dieta es una eficaz manera de disminuir su huella de carbono además de que está cuidando su salud. La huella de carbono se define como el conjunto de emisiones de gases de efecto invernadero producidas, directa o indirectamente, por personas, organizaciones, productos, eventos o regiones geográficas, en términos de CO2 equivalentes, y se utiliza como herramienta para conocer las conductas o acciones que están contribuyendo a aumentar nuestras emisiones.
Muchas personas sienten la necesidad de disminuir su impacto en la tierra reduciendo su huella de carbono, y por ello trabajan en mejorar sus elecciones de estilo de vida, de ropa y de alimentos que ingieren. Aunque hay muchas formas de minimizar la huella de carbono hacer cambios en la dieta es un buen punto de partida. Algunas investigaciones muestran que llevar una alimentación sostenible podría reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 70% y el uso de agua en un 50%.
Somos lo que comemos y a través de lo que comemos podríamos reflejar lo que somos capaces de hacer por el medio ambiente. Una medida podría ser disminuir el consumo de carne roja procesada y aumentar el consumo de frutas y verduras, seríamos más saludables y sostenibles, cuidando nuestra salud y a la vez el medio ambiente.
Según el Ingeniero Alejandro Blas, quien es agrónomo especializado en alimentación sostenible en España, las características clave que debe tener una dieta para que sea sana y sostenible son que esté compuesta de productos frescos y éstos sean vegetales de proximidad y temporada, los cuales se hayan producido de forma sostenible y no estén envasados con plásticos, además de que se limite el desperdicio de estos alimentos. Y menciona que “La más sostenible sería la dieta vegetariana” pero dependiendo de donde sea el consumidor y de donde venga el alimento. Porque, por ejemplo, en España (que mide 454,835 km² más que Costa Rica), sería mucho más sostenible comprar carne ecológica de la Sierra de Guadarrama que comer espárragos traídos de Perú. Quizás en nuestro país la distancia no sea un punto tan en cuenta a tomar, pero si la temporada.
Y bueno yo como amante de la naturaleza y lo natural dejo por acá las siguientes maneras de minimizar la huella de carbono a través de elecciones de alimentos y de estilo de vida:
Deje de desperdiciar comida. Planificar es clave para evitar los continuos desperdicios, así como la correcta cocción, inocuidad, envasado y mantenimiento de los alimentos. Los alimentos que se descomponen en los basureros emiten metano, un gas de efecto invernadero potente.
No coma calorías en exceso. Comer calorías de más, está relacionado a mayores emisiones de gases de efecto invernadero, además de que le puede llevar a una obesidad o sobrepeso y a presentar enfermedades relacionadas. Pero esto solo aplica para aquellas personas que comen en exceso, no a las que ingieren calorías suficientes para mantener un peso saludable.
Un estudio en 16.800 estadounidenses señaló que aquellos con las mayores emisiones de gases de efecto invernadero consumían 2,5 veces más calorías que las personas con las emisiones más bajas.
Si duda de si está comiendo en exceso calorías, consulte con nuestro equipo de profesionales de nutrición en CNC; ya que las necesidades calóricas dependen de si se presenta alguna enfermedad o condición, de la altura, edad y nivel de actividad física de cada persona.
Evite el uso del plástico. ¿Cuántos plásticos de un solo uso descarta en el día a día cuando compra y transporta comida? Si bien en los parques nacionales ya es prohibido ingresar con plásticos de un solo uso, aún queda mucho por hacer. Usar menos plástico es un avance importante de la transición a un estilo de vida ecológico, ya que este es uno de los principales contribuyentes a las emisiones de gases de efecto invernadero.
Consejos para utilizar menos plástico:
- Evite las bolsas de plástico y la envoltura de plástico cuando compre productos frescos.
- Traiga sus propias bolsas para llevar sus compras.
- Lleve su botella de agua y no compre agua embotellada.
- Almacene los alimentos en recipientes de vidrio.
- Compre menos comida para llevar, ya que a menudo se envasa en plástico.
Consuma menos carne roja. Investigaciones apuntan que disminuir el consumo de carne roja es una de las mejores formas de reducir su huella de carbono, ya que estudios de todo el mundo apoyan estos hallazgos. Porque las emisiones de la producción ganadera, especialmente el ganado vacuno y lechero, representan el 14,5% de las emisiones de gases de efecto invernadero inducidas por el hombre en el mundo. Puede intentar limitar sus platos de carne a una comida por día o no comer carne un día a la semana.
Consuma más proteína de origen vegetal. Claramente esto puede reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero. Un estudio mostro que las personas que tenían mayor consumo de proteínas vegetales eran los que tenían emisiones más bajas de efecto invernadero. Incluya en sus preparaciones legumbres, nueces y semillas, aportan muchos nutrientes, así como fibra, además de la proteína vegetal.
Tampoco es necesario que elimine del todo su consumo de carne roja ya que un estudio encontró que las personas que comían cantidades medias de carne por día – 1.8 a 3.5 onzas (50 a 100 gramos) – tenían una huella de carbono significativamente menor. Así que si consume una porción de carne de 85 gramos lo que equivale a 3 onzas estaría disminuyendo su huella y podría conseguir más proteína incluyendo en el mismo platillo por ejemplo alimentos como los frijoles, tofu, nueces y semillas.
Aumente su consumo de fibra. Además de promover la disminución de su huella de carbono, consumir más fibra puede mejorar su salud digestiva, ayudar a equilibrar las bacterias intestinales, promover la pérdida de peso y proteger contra enfermedades como enfermedades cardíacas, cáncer colorrectal y diabetes.
Consuma comida local. Apoye a los agricultores locales y utilice alimentos nativos de su región. Comprar productos locales disminuye la necesidad de los alimentos transportados a grandes distancias y puede aumentar la ingesta de frutas y verduras frescas, lo que ayuda a compensar sus emisiones de carbono. Preferir los alimentos de temporada ya que los producidos fuera de esta generalmente se importan o requieren más energía y recursos para producirse mantenerse y transportarse.
Preferir alimentos de origen animal producidos de forma sostenible, como huevos, aves de corral y productos lácteos, puede reducir su huella de carbono.
Cultive sus propios productos. Cultivar productos no solo le beneficiará como entretenimiento, si no que la calidad de su dieta será mejor. Por otro lado, reducirá el uso de envases plásticos, así como el gasto de recursos para el transporte tanto suyo como de los alimentos. Si utiliza agua llovida y compostaje, para mencionar algunas de las prácticas de métodos de agricultura orgánica, puede reducir aún más su impacto ambiental.
Disminuya el consumo de lácteos. Según un estudio holandés los productos lácteos eran el segundo mayor contribuyente a las emisiones de gases de efecto invernadero, entre ellos el queso, la mantequilla y la leche. El queso incluso se relaciona con mayores emisiones de estos gases que otros productos de origen animal como el pollo el cerdo y los huevos, ya que el ganado lechero y su estiércol emiten gases de efecto invernadero como metano, dióxido de carbono, óxido nítrico y amoníaco.
Debido a que no a todos les gusta los derivados de la leche de vaca, o algunos otros les causa indigestión o alergias, en muchos casos es posible recomendar productos como las bebidas a base de almendra o soya para consumir un cereal, por ejemplo. Si usted presenta alguna condición digestiva o alergia puede solicitar una cita en CNC para que le asesoremos.
Recuerde que aunque los esfuerzos puedan parecer pequeños estos pueden marcar la diferencia.
A continuación, les dejo un enlace para que puedan consultar sobre los alimentos con mayor huella de carbono: https://www.agorarsc.org/la-huella-de-carbono-de-la-cadena-de-suministro-de-alimentos/
Dra. Mariana Álvarez, Nutricionista
Centro de Nutrición Clínica
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