El Papel de la Nutrición en Pacientes con VIH y Sida
Para iniciar, es importante aclara que el VIH y el Sida no es lo mismo. El VIH es el virus que desencadena el Sida; una persona abordada con el tratamiento adecuado en el momento preciso, puede no llegar a padecer Sida. El Sida por su parte (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida), es un virus que ataca el sistema inmune, trayendo consigo miles de afecciones al organismo.
El principal objetivo nutricional en ambas circunstancias es fortalecer el sistema inmune a través de los alimentos, aportando todas las vitaminas y minerales para evitar gripes, infecciones u otras enfermedades.
Además, este tipo de enfermedad hace que el organismo deba esforzarse más por protegerse de cualquier cosa que quiera hacerle daño, por lo que el requerimiento energético aumenta. En pacientes graves, generalmente se da la perdida de peso acelerada, por lo que un peso saludable será indispensable para mejorar la calidad de vida.
Inocuidad Alimentaria
La seguridad alimentaria es vital es estos pacientes, la inmunidad reducida en ellos puede hacerlos más susceptibles a enfermedades transmitidas por los alimentos. Lo gérmenes en los alimentos o aguas contaminadas podrían generar daños, por lo que se recomienda especial cuidado cuando se come fuera de casa o con al optar por alimentos crudos como el Sushi, Carpaccio, ceviche de pescado, entre otros.
Algunas otras recomendaciones son:
- Lavarse las manos con agua y jabón antes y después de preparar alimentos y comer.
- Lavar con especial cuidado las frutas y vegetales.
- Verificar la fecha de vencimiento de los alimentos.
- Cuidar la cadena de descongelación; del congelador pasar al refrigerador o bien descongelar en el microondas para evitar la proliferación de microorganismos.
- Cocinar muy bien las carnes.
- En casos de sistema inmune muy debilitado, se recomienda consumir el agua hervida.
Alimentos a tomar más en cuenta
La variedad es vital para tener un organismo sano y fuerte, los principales nutrientes que se deben tomar en cuenta son: Vitamina C-E-D-Selenio y Zinc.
- Frutas: Comer entre 2 y 3 frutas por día, idealmente de colores fuertes como arándanos, fresas, moras, esto debido a que contienen mayor número de antioxidantes.
- Vegetales: Comer diariamente ensaladas y vegetales, la fibra ayuda mucho al sistema digestivo y protege al corazón al mantener niveles adecuados de colesterol y triglicéridos.
- Cereales Integrales: Arroz integral, leguminosas, avena integral, quinoa, panes y galletas integrales.
- Proteínas: La proteína es vital para cuidar la masa muscular, sobre todo si se da perdida de peso. Opciones como carnes bajas en grasa, lácteos, huevos y leguminosas son ideales.
- Agua: El consumo de agua es necesario principalmente en estos pacientes; se recomiendan al menos 2 litros de agua al día. Esto contribuye a prevenir la deshidratación y a disminuir los efectos secundarios de los medicamentos.
¿Qué alimentos se deben evitar?
- Sodio: El consumo de paquetitos (snacks, galletas, papas tostadas, etc) no se recomiendan, además el uso excesivo de embutidos.
- Azúcar: Evitar el consumo de postres, repostería, bebidas azucaradas.
- Grasas Saturadas: Presentes en comida rápida y todo tipo de frituras, es mejor eliminarlas.
- Alcohol: Se recomienda eliminar o disminuir al máximo el consumo de licor.
El papel de la Nutrición es vital en este tipo de pacientes para ayudarles a evitar más complicaciones de salud y mejorar su calidad de vida.
Dra. Angie Ramírez, Nutricionista
Centro de Nutrición Clínica
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