Autismo y su Relación con la Alimentación
El autismo es una condición compleja, que dentro de sus características principales están la dificultad con la comunicación social, comportamientos restrictivos por lo que no les gusta el cambio, ser hipersensible o poco sensible a la luz, el sonido, el gusto, el tacto, tener “intereses especiales “que absorben su atención y son muy importantes para ellos. No se ha establecido una causa única, aunque están implicados factores genéticos, del neurodesarrollo y ambientales. Cada vez más, el autismo se considera una diferencia y parte de la neurodiversidad en lugar de un trastorno.
Cada día hay más evidencia que una buena nutrición y un adecuado estilo de vida puede ser un gran apoyo para las personas con autismo, por ejemplo, las personas con autismo tienen la digestión severamente alterada por lo que restaurar el equilibrio intestinal puede ser clave en estos pacientes.
La suplementación con probióticos es ideal para mantener un balance intestinal, además, las personas que no fueron amamantadas también pueden tener menos cepas de bacterias beneficiosas, en comparación con las personas amamantadas. El aumento del consumo de alimentos fermentados, como el chucrut, el kéfir, la kombucha y el kimchi, es una forma de aumentar los probióticos a través de los alimentos. Suplementar con enzimas digestivas es otra opción para ayudar al hidrólisis de los alimentos haciendo que los nutrientes estén más disponibles para la absorción y aliviando la tensión en el sistema digestivo, mientras se recupera. El aminoácido glutamina es un nutriente importante para la curación intestinal, pero puede estar contraindicado en el autismo porque algunas personas con autismo tienen problemas de desaminación de proteínas, lo que puede conducir a la producción y acumulación.
Pero no solo la parte digestiva juega un papel fundamental, el equilibrio del azúcar en la sangre en personas con autismo también es importante, hay mucha superposición entre el TDAH(hiperactividad) y el autismo, por lo que para las personas autistas que muestran signos de hiperactividad, mejorar el equilibrio del azúcar en la sangre es una consideración importante. Cuando una persona ingiere regularmente carbohidratos refinados, chocolates, jugos azucarados, dulces y ausencia de fibra en la alimentación, puede generar un impacto en la concentración, enfoque y comportamiento en general por lo que se recomienda consumir más alimentos integrales, como verduras, frutas, cereales integrales, pescado, carnes magras, como pavo y pollo, nueces, semillas y legumbres que ayudarán a mantener los niveles de azúcar en la sangre.
Se ha sugerido que las personas con TEA tienen un intestino anormalmente «permeable». La caseína y el gluten mal digeridos se filtran al torrente sanguíneo donde estas proteínas «similares a los opiáceos» interfieren con el funcionamiento normal del sistema nervioso, afectando la función mental y el comportamiento. Por lo tanto, se propone que al eliminar de la dieta los alimentos que contienen gluten y caseína, se pueden reducir los comportamientos autistas
El omega 3 y las grasas insaturadas son parte fundamental de la buena nutrición de pacientes con autismo, estudios recientes han demostrado que algunas personas autistas tienen un defecto enzimático que elimina las grasas esenciales de las membranas de las células cerebrales más rápido de lo que debería, por lo que la suplementación con EPA puede ralentizar la actividad de la enzima defectuosa, y se ha mejorado clínicamente el comportamiento, el estado de ánimo, la imaginación, el habla espontánea, los patrones de sueño y la concentración en personas autistas.
Dentro de las acciones claves para aumentar el Omega 3 es un aumento en el consumo de pescados azules, salmón, sardinas, frutos secos y semillas de chía o linaza.
Otra de las recomendaciones esenciales para pacientes con autismo, es el aumento en el consumo de vitaminas y minerales. Estudios recientes demuestran que un aumento en el consumo de vitamina B6, vitamina C y magnesio mejoran significativamente los síntomas en pacientes con autismo. Los vegetales de hojas verdes oscuras, los garbanzos y el salmón son excelentes fuentes de vitamina B6. El chile dulce, las frutas cítricas, el brócoli y la coliflor son buenas fuentes de vitamina C. Los vegetales verdes, las nueces, las semillas, el cacao y los cereales integrales son alimentos que son fuentes de magnesio.
La vitamina A y D son otros nutrientes carentes en pacientes con autismo. La vitamina A es esencial para la visión y vital para desarrollar células saludables en el intestino y el cerebro, además la deficiencia de vitamina A afecta el tracto digestivo, lo que puede provocar alergias y problemas en el desarrollo de la visión y los defectos visuales que son una pista importante.
En el caso de la vitamina D, hay estudios que indican que hay un vinculo en la deficiencia de vitamina D y autismo, cuando se comparó el estado de vitamina D con sus contrapartes, se encontró que las personas con autismo tenían niveles de vitamina D significativamente más bajos. La forma principal en que el cuerpo obtiene vitamina D es a través de la exposición a la luz solar y luego con los alimentos, en la actualidad es vital que muchas personas se suplementen debido a las grandes deficiencias que se dan en la población en general.
En conclusión, la mayoría de los niños, con o sin autismo, pueden ser exigentes y particulares con respecto a los alimentos que comen. Un Nutricionista podrá guiarle en función de cómo come su hijo, responder sus preguntas sobre la efectividad y seguridad de las terapias y suplementos nutricionales y ayudar a guiar a su hijo sobre cómo comer bien y vivir de manera saludable.
Dra. Silvia Umaña, Nutricionista CNC
Teléfono: 4001-7666
citas@cncsalud.com
Referencias
- https://www.bda.uk.com/resource/autism-diet.html
- https://foodforthebrain.org/autism/
- https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7815266/