Intolerancia a la Lactosa
La lactosa es un azúcar o disacárido que está presente en todas las leches de los mamíferos: vaca, cabra, oveja y en la humana, pero también puede encontrarse en muchos alimentos preparados.
Cuando la lactosa llega al intestino delgado, la enzima lactasa actúa sobre la lactosa dividiéndola en las dos moléculas que la componen, con el fin de que puedan ser absorbidas, digeridas y transportadas a través del torrente sanguíneo.
Cuando la persona tiene un déficit de lactasa, la lactosa de la dieta no puede ser digerida en el intestino delgado, pasando directamente al intestino grueso, donde es fermentada por la flora bacteriana, provocando náuseas, diarrea, calambres, gases e hinchazón del vientre. Esta situación se conoce como intolerancia a la lactosa.
Desde el punto de vista nutricional, no es recomendable eliminar el consumo de leche y lácteos. Los lácteos son los alimentos más concentrados en calcio. Una persona adulta necesita 1000-1500mg de calcio para mantener un correcto estado de salud ósea.
La falta de leche en la dieta puede producir falta de importantes minerales (Calcio, Fósforo, Potasio, Magnesio, Cinc y Hierro), así como vitaminas y minerales. Por tanto, resulta esencial consumir otros productos ricos en estas sustancias que por suerte encontramos con facilidad.
Fuentes alternativas de minerales:
- Calcio: Pescado, espinacas, almendras.
- Fósforo: Nueces, sardinas, huevos.
- Potasio: Plátanos, pollo, aguacate.
- Magnesio: Frutos secos, alubias.
Fuentes alternativas de vitaminas:
- A: Zanahoria, legumbres.
- D: Organismo por el sol, hígado bacalao.
- E: Aceites vegetales, frutos secos.
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