Mi Experiencia En La Ablactación
Hace un año nació mi primer hijo, y como todas las madres me convertí en una máquina de la lectura de artículos para niños. En busca de la mejor manera de convivir con el nuevo miembro de la familia, busqué de todo en la web: cuánto debe dormir, que ropa le debo poner, con qué lo baño, cada cuanto lo baño, cuánto lo asoleo, cada cuánto lo alimento, con qué y cómo, etc.
De todas estas preguntas la que les quiero compartir es la que respecta al proceso de ablactación, es decir, la introducción de alimentos en la alimentación de mi hijo.
Como saben hay muchas tendencias de introducción a la alimentación para niños, por ejemplo algunos dicen que es mejor la lactancia exclusiva hasta los 6 meses, otros sugieren que hasta los 4 meses es suficiente; está la técnica de darles todo procesado tipo puré y está el Baby Led Weaning (BLW, por sus siglas en inglés) que busca dar a los niños los alimentos en trozos que puedan agarrarlos; también están las que dicen que es mejor iniciar con alimentos salados para que los acepten mejor y luego introducir los dulces y están las que dicen que es mejor empezar a la segura con alimentos dulces naturalmente como las frutas; también está la que dice que debemos postergar los alimentos alérgenos para evitar alergias y la que dice todo lo contrario, que debemos agregarlos a temprana edad para evitar alergias a futuro.
Después de conocer todo esto me pregunté, ¿y entonces qué hago?
Bueno, lo principal es saber cuándo está listo el bebé para recibir alimentos sólidos, las principales señas son las siguientes:
1. Que sepa sentarse solito. Es muy importante la postura para evitar cualquier tipo de atragantamiento.
2. Que muestre interés por los alimentos. Que cuando nos vea comer quiera alcanzar lo que hay en el plato o haga señas con la boca de que le gustaría probarlo.
3. Que no tenga ninguna contraindicación médica en el momento.
Cuando observé que mi hijo cumplía con estas características le ofrecí su primer alimento, a los 5 meses y medio, fue un banano y lo recibió directo de la fruta, no lo maje ni lo raspé ni nada a ver como resultaba.
Resultó que le encantó de esa manera, así que continué con esa técnica mientras los alimentos lo permitieran, es decir, mientras fueran blandos, algunos otros los majaba para mayor facilidad. Comencé con frutas y vegetales harinosos y fui introduciendo los demás grupos de alimentos poco a poco.
Noté que algunas veces rechazaba alimentos, pero si se los volvía a ofrecer días después los aceptaba. Con respecto a esto es importante que sepamos que un niño puede rechazar hasta 12 veces un alimento y en la siguiente ocasión aceptarlo por lo que es muy importante que nosotros, las madres, padres o encargados tengamos mucha paciencia y sigamos ofreciendo de todo a nuestros hijos.
También utilicé la estrategia de prevenir alergias mediante la introducción temprana de alérgenos como mantequilla de maní, fresas, tomate, entre otros que le di desde los primeros meses, no en cantidades muy grandes, pero solo para que se hicieran presentes. Esto lo hice porque él no padece de ningún tipo de alergias y no tenemos historia médica, ni mi esposo ni yo, de alergias. Es importante que tengamos cuidado con esta práctica porque si existe historial de alergias no se recomienda realizarlo.
Muy importante es que recordemos que los niños hasta los 2 años no deberían comer preservantes, ni colorantes, ni embutidos e idealmente preferir la cocina o el hornito en lugar del microondas para calentar sus alimentos.
Quiero contarles que mi hijo aún toma leche materna por lo que estoy segura que su sistema inmune va desarrollándose adecuadamente, además de que lo protejo contra muchas enfermedades y me aseguro que su microbiota intestinal sea la adecuada.
Recuerden que en este proceso a nosotros nos toca decidir qué comen nuestros hijos, a ellos les toca decidir cuánto, así que ofrezca siempre opciones saludables porque si ofrecemos productos procesados o dulces, su sistema de auto-regulación se altera y puede que coman mucho más de lo que deberían.
Mamás, papás, encargados de niños: la ablactación es un período maravilloso, donde los niños descubren nuevos sabores, texturas, colores, olores, no los presionemos que es mucho por procesar, pero seamos pacientes y creativos para que logremos instalar hábitos saludables desde este momento, y así aseguramos una mejor calidad de vida en el futuro.
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