Cómo Superar la Adicción al Azúcar
El consumo excesivo de calorías sostenido a lo largo del tiempo se ha relacionado con problemas de salud como las enfermedades cardiovasculares y gastrointestinales, exceso de peso, condiciones ortopédicas, cáncer, entre otros.
Los alimentos procesados altos en azúcar y grasa, como la repostería, postres, galletas rellenas, dulces y chocolates, son productos muy densos en energía, eso quiere decir que en pequeñas cantidades tienen mucha energía, por lo que, si se incluyen en exceso y con frecuencia, fácilmente se puede sobrepasar la cantidad de calorías que una persona promedio requiera en el día, ocasionando los problemas de salud mencionados anteriormente.
Seguro le ha sucedido que si durante una semana estuvo comiendo mucha azúcar y postres, el cuerpo le pide más… y esto es porque el azúcar es adictiva. Así que disminuir el consumo de azúcar no se trata de sólo fuerza de voluntad, se trata de bioquímica. La buena noticia es que podemos restablecer nuestra bioquímica y esos antojos de azúcar y recuperar nuestra salud. Cuanto más evite el azúcar y los carbohidratos refinados (que simplemente se convierten en azúcar en su cuerpo), más reconocerá la dulzura natural de los alimentos saludables como los arándanos y el brócoli.
No hay que dejar de lado que hay numerosos factores que influyen en las elecciones alimentarias que tomamos, como por ejemplo los estilos de vida más apresurados, trabajo excesivo, altos niveles de estrés, la buena disponibilidad y accesibilidad de los productos procesados, la publicidad y la falta de educación nutricional. Todos estos factores hacen que se dificulte incluir comida más real y menos procesada.
Aquí algunos consejos para disminuir el consumo de grasas y azúcar en la alimentación:
- ¡Es un proceso que toma tiempo! Si durante años todos los días se comía un paquete de galletas rellenas, no pretenda que eso va a cambiar de un día para otro. Póngase metas cortas y realistas, sustitúyalas poco a poco por otro alimento de mejor calidad nutricional o inclusive por otra actividad. Al cuerpo le toma tiempo adaptar el gusto, y con el tiempo va a ir sintiendo más los sabores de la comida real.
- Rodearse de una influencia positiva. El dicho “dime con quién andas y te diré quién eres” aplica inclusive para los hábitos alimentarios. Si nos rodeamos de familias y amigos que hacen ejercicio e intentan cuidar su salud, muy posiblemente tendremos las mismas prácticas, lo mismo que ocurre en el caso contrario. Por lo tanto, también es nuestra responsabilidad cuidar con qué personas nos rodeamos, ya que las mismas tienen un efecto enorme en nuestra salud.
- Duerma suficiente: se ha relacionado al sueño insuficiente con la depresión, baja concentración, respuesta inmunológica reducida y elección de alimentos más altos en calorías, muy dulces o salados.
- Lea etiquetas nutricionales: no se deje engañar por el empaque o la imagen que quieren dar del producto. Ingredientes como: jarabe de maíz alto en fructosa, miel, azúcar morena, néctar de agave, jugo de frutas, azúcar de coco, son algunos de los muchos nombres que se le puede dar al azúcar agregada.
- Reduzca la cantidad de bebidas cargadas de azúcar como las gaseosas y los mismos jugos de frutas, por más que digan que son 100% naturales. Prefiera el agua, o bebidas saborizadas caseras como agua con limón, menta y pepino, tés herbales fríos o calientes.
- Procure que por lo menos un 80% de sus comidas provenga de comida real, y la menor cantidad de procesados posibles.
Comer más saludable, tener mejor relación con los alimentos y no sufrir cuando decides disminuir el azúcar, es más fácil con la guía de un Nutricionista.
Centro de Nutrición Clínica
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