La dieta y su relación con la microbiota intestinal
Muchas personas desconocen que en nuestros intestinos se halla un mundo microscópico viviente, que recibe el nombre de microbiota intestinal. Los cien billones de bacterias que componen esta comunidad viva forman juntas lo que hoy en día es considerado por los expertos como un “nuevo órgano” cuyas funciones específicas son claves en el mantenimiento de nuestra buena salud.
El desarrollo de la microbiota empieza tras el nacimiento, ya que todos nacemos estériles. Esto significa que la composición de la microbiota está muy influenciada por factores externos, incluyendo las condiciones de nacimiento, la dieta, el entorno o el uso de antibióticos.
La microbiota intestinal desempeña 2 funciones vitales: ayudar a regular el suministro de energía y protegernos de “intrusos” (virus y bacterias que generan enfermedades). ¡70% de nuestras células inmunes y más de 100 millones de neuronas conectadas con el cerebro viven en nuestro intestino!
Enfermedades como la obesidad, resistencia a la insulina, hígado graso, diabetes tipo 2 e inflamación se diagnóstica con más frecuencia en personas con baja diversidad en la microbiota.
Los estudios de intervención muestran que los cambios en la dieta producen cambios sustanciales y rápidos en la composición de la microbiota intestinal. Un estudio brindo una dieta isocalórica que contenía entre 0 a 42 gramos de nueces al día por 2-3 semanas descansando 1 semana. Se tomaron muestras fecales y de sangre y los resultados fueron sorprendentes ya que hubo en comparación con después del período de control, el consumo de nueces dio como resultado una abundancia relativa de Faecalibacterium, Clostridium, Dialister y Roseburia superior en un 49-160% y abundancias relativas de Ruminococcus, Dorea, Oscillospira y Bifidobacterium del 16-38%. Los ácidos biliares secundarios fecales, ácido desoxicólico y ácido litocólico, fueron 25% y 45% más bajos, respectivamente, después del tratamiento de nuez en comparación con el tratamiento de control.
Pero ¿cuáles alimentos pueden ayudar a obtener una mejor microbiota intestinal?
Estos son algunos de los más importantes:
- Grasas omega-3: estas grasas se encuentran en el pescado azul y también en grandes cantidades en el cerebro humano. Los estudios en humanos y animales muestran que los omega-3 pueden aumentar las bacterias buenas en el intestino y reducir el riesgo de trastornos cerebrales.
- Alimentos fermentados: Yogur, kéfir, chucrut y queso contienen microbios saludables como lactobacilos. Se ha demostrado que los alimentos fermentados alteran la actividad cerebral.
- Alimentos ricos en fibra: los granos enteros, las nueces, las semillas, las frutas y las verduras contienen fibras prebióticas que son buenas para las bacterias intestinales. Los prebióticos pueden reducir la hormona del estrés en humanos.
- Alimentos ricos en polifenoles: el cacao, el té verde, el aceite de oliva y el café contienen polifenoles, que son sustancias químicas vegetales que son digeridas por las bacterias intestinales. Los polifenoles aumentan las bacterias intestinales sanas y pueden mejorar la cognición.
- Alimentos ricos en triptófano: el triptófano es un aminoácido que se convierte en el neurotransmisor serotonina. Los alimentos con alto contenido de triptófano incluyen pavo, huevos y queso.
El microbioma intestinal juega un papel muy importante en la salud al ayudar a controlar la digestión y beneficiar a el sistema inmunológico y muchos otros aspectos de la salud.
Un desequilibrio de microbios sanos e insalubres en los intestinos puede contribuir al aumento de peso, el alto nivel de azúcar en la sangre, el colesterol alto y otros trastornos.
Dra. Adriana Alvarado, Nutricionista
Centro de Nutrición Clínica
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Bibliografía:
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